Inmersa en:

INMERSA EN: NADA ENTRE MANOS....ESPERANDO GANAS.



martes, 31 de marzo de 2015

SABOREANDO...

 
 
 
 
No hubiera querido que fuera así, ella le había obligado, no estaba dispuesto a consentir que nadie le usurpara el puesto que le correspondía por derecho, él era el que se había preocupado por conservar el patrimonio y sacar a flote la empresa familiar, siempre había sido él.
 
 
Su hermana estaba acostumbrada a vivir bien, preocupada sólo por recibir el talón mensual que acordaron cuando su padre murió y decidieron el reparto de la herencia... ahora no podía echarse atrás ni pretender venir a hacerse cargo de su parte de la compañía cuando ya todo funcionaba a la perfección.
 
Una invitación a cenar por su parte, su hermana acepta y la velada transcurre entre conversaciones banales, sonrisas forzadas y miradas esquivas.
 
Sobremesa...una copa en las manos y un cigarrillo entre los dedos, la conversación da un giro esperado y las voces empiezan a sonar más altas cada vez.
Ella sólo quería que firmara el documento que le traía, había tomado una decisión y nadie le haría cambiar de opinión, ni siquiera su "querido" hermano, no se iría de aquella casa sin haber conseguido lo que había ido a buscar.
 
Por otro lado, él no estaba dispuesto a concederle ninguna de las exigencias que su hermana le impusiera, también su vida estaba llena de lujos y a eso se acostumbra uno pronto, permanecía soltero porque los vicios que había adquirido con esa vida, le salían demasiado caros como para compartir sus ingresos con una advenediza que no se había preocupado lo más  mínimo nunca por el negocio familiar.
 
Vio impávido como su hermana perdía el color de su cara, y a sus ojos les costaba centrar las pupilas en el punto elegido, sus manos iban de la garganta al estómago, apretando y retorciendo la ropa como si eso pudiera aliviar el horrible dolor que la destrozaba por dentro.  Sintió como los ojos perdidos de su hermana intentaban fijar su mirada en él y fue en ese momento cuando, por un instante, pasó por su mente un fugaz recuerdo de su niñez, en el que una preciosa niña le consolaba el llanto tras una caída y limpiaba con cariño la sangre que salía de su rodilla.
Corrió a su lado intentando devolver a aquél cuerpo retorcido algo de la vida que se le había escapado. Y le dolió en el alma aquella mirada fija y clavada en él, aunque su conciencia le seguía diciendo  que ella se lo había buscado y que ya no tendría de qué preocuparse.
 
Abrió el bolso buscando el documento para firmar y arrojarlo al fuego, lo leyó y mientras lo hacía, sus fríos ojos se humedecieron, algo le decía en su interior que sus problemas acabarían aquella misma noche. Se dirigió al bar y se sirvió otra copa... dio un sorbo y paladeó, después sacó otra botellita del bolsillo de su chaqueta y añadió unas cuantas gotas, volvió a beber... de un trago esta vez... y saboreó...
 
Nunca pensó que su imagen llegara a ser alguna vez tan grotesca, tendido en el suelo, con las piernas encogidas y su cara desfigurada por muecas de dolor.  En su mano izquierda un documento firmado por su hermana en el que le cedía todas sus acciones de la empresa, el patrimonio conseguido hasta el momento y todo el efectivo de sus cuentas bancarias. 
También le decía que tenía una enfermedad terminal y que en unos meses todo pasaría a sus manos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


sábado, 21 de marzo de 2015

AL ALMA

 
 
 
 
 
Abro y cierro los ojos... no sé... no he investigado, pero supongo que cientos de veces al día... abro y cierro, abro y cierro... parpadeo le llaman. Por mucho que lo haga, cuando están abiertos, la vista no cambia, sigue siendo el mismo paisaje, un paisaje que no todos ven o al menos no de igual forma.

Pero es un paisaje extenso, donde puedo esconder lo que quiera al pie de una encina, sin que nadie pueda adivinar cuales son las raíces que le sirven de cuna. Allí quedarán para que vuelvan a mí cuando  sienta la necesidad de comprobar que siguen ahí, la necesidad de volver a ver esos  preciosos trocitos, de acariciar cada uno con la esperanza de notar su calor y su color y que me transmitan aquello que sentí y que me hizo guardarlos con tanto celo.
 
Sé guardar tesoros y además soy egoísta porque no los comparto, tengo miedo  de que alguien intente arrebatármelos, de que alguien quiera que olvide el sitio donde se esconden,  de que me digan que ya no tienen valor y que son joyas enmohecidas.  No me importa, son mías, mis joyas, para mí de un valor incalculable, piedras preciosas que con tan sólo pasarles la mano volverán a lucir sus destellos para mí y yo retrocederé en el tiempo y recordaré cada uno de los momentos exactos en los que conseguí las piezas de mi tesoro... una a una...

Son mis joyas...  las joyas que  adornan mi alma.






 
 
 


jueves, 12 de marzo de 2015

RESULTADOS ....¿GUAPOS?...¿FEOS?... ¡¡¡¡NOOO... SEXYS!!!!










 Adrien Brody

Sí, es atractivo y tiene muy buen porte. La Pataki, entre otras, cayó rendida a sus pies, aunque en casi todas las encuestas sobre feos de Internet acaba saliendo como un tipo que, si lo miras bien, guapo no es. Pero ahí está, en rankings de guapos y de feos indistintamente y con su nariz intacta. A  mí no "usta", tiene cara de avinagrado y una mirada que no me transmite nadita nada.
Éste lo regalo.



 


Joaquin Phoenix

  ¿Es guapo? Depende, a mí me parece atractivo, tiene algo en la cara que me gusta. Tiene unos ojos bonitos y hasta la cicatriz del labio le sienta de maravilla.

 

Éste me lo quedo.


 

 
 
Ckarles Bronson...

Bueno bueno... éste, lo siento pero ni siquiera lo hubiera prestado, guapo no era, lo sé, pero era un feo interesante de cojones, un feo muy guapo, una sonrisa que derretía y una forma de mirar que ya te lo transmitía todo. Fue uno de mis favoritos desde que era   una niña y lo ha seguido siendo hasta que se fue, por muy mayor que fuera, su atractivo traspasaba arrugas y años, este hombre siempre formará parte de los ecos del pasado.

 
 
 
 
Qué verdad es, que el libro de los gustos está en blanco, que para gusto los colores y chorradas por el estilo.... pero es verdad... ¿os imagináis a todos y todas con los mismos gustos para tooodo? eso sería un tormento diario, un caos universal y el mundo dejaría de existir tal y como lo conocemos, andaríamos todo el día a hostias por el mismo cacho..... ya sea de pan, de carne,  pejcao o de ti@. 
 
Intento ponerme en situación y de momento no lo consigo, espera, ¿eso quiere decir que si a todas nos gusta el mismo cacho, tengamos que yacer (uuy, qué fisna) unas después de otras haciendo cola?... ah no, por ahí no paso, a meeeeeenos... que sea yo siempre... la primera de la cola... pero claro, eso sería demasiada felicidad pa'mi body, y después vendría mi remordimiento de conciencia y  la consiguiente expiación de mi egoísmo.

¿O que quizás nos clonarían al macho elegido una y otra vez por siempre jamás?... no, no, eso tampoco, porque las primeras copias serían buenas, pero luego seguro que ya no tendrían la misma calidad y potencia, eso pasa con todo ¿no? tú vas haciendo copias y las primeras salen limpitas, con la tinta cargada y con una tersura que no veas, pero luego, a medida que las van echando fuera, ya salen como escupías, sin tinta ninguna y arrugaítas... deja deja, prefiero el mundo tal como está aunque nos tiremos de las greñas por defender que éste, está mejor que aquél.















Ya.... ya sé que es otra chorrada, pero bueno, qué más da si de lo que se trata es de volver a jugar otra vez... ¿queréis?
Esta vez lo he puesto más sencillito para que no me pongáis a caer de un burro... son sólo SEIS títulos de  libros... poquitos, ehh...

Además os doy dos pistas: la primera, uno de los títulos ya salió en otro de los juegos y creo recordar que nadie lo encontró, (jijiji)... la segunda, de otro de los títulos, ojito, porque hay dos autores con el mismo título, así que me vale cualquiera de los dos.

Ahí os dejo... soy mala, ya lo sé.







RESULTADOS  (por orden de aparición)


NADA                                        Carmen Laforet

ECOS DEL PASADO              Diana Gabaldón

TORMENTO                            Pérez Galdós

DEMASIADA FELICIDAD   Alice Munro

EXPIACIÓN                             Ian  McEwan

POR SIEMPRE JAMÁS         Harlan Coben